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Los campos de cebada

LA MENTE, EL AMBIENTE, LA EXPERIENCIA Y LA NEURoPLASTICIDAD

Muchas veces creemos que para ayudar a otro tenemos que cambiarlo, queremos con todo nuestro ser ayudarlo a avanzar y hacemos un montón de cosas para lograrlo (lo sabemos, lo hemos vivido), pero a veces ocurre que en ese afán de hacer tanto, perdemos el día, el ver al otro, el bienestar, la presencia...y se nos va la vida.

 

Podemos cambiar la forma en que percibimos el mundo, como interactuamos con otros, como "enganchamos" con hechos negativos o incorporamos aprendizajes positivos. Hoy existe evidencia de que podemos moldear o entrenar nuestro cerebro para potenciar lo mejor de nosotros mismos y también existen herramientas para poder apoyar a quienes nos rodean.

Esto es extremadamente importante, porque el primer requisito para cualquier cambio/aprendizaje es que el AMBIENTE SEA SEGURO y, nuevamente, eso es una sensación o percepción individual, por lo que requiere de verdad veamos y oigamo al otro y no guiarnos sólo por lo que para nosotros significa seguridad. Por ejemplo, para algunas personas entrar a un centro de salud es en realidad una amenaza, para otras algunos sonidos o tipos de luces, para otras el que alguien se ponga de pie al costado si están acostados y así...es algo tremendamente individual.

En el ambiente incluye también las personas. Proyectamos nuestros sentimientos y sensaciones, aunque creamos que podemos ocultarlas, los demás se sienten y pueden sincronizarse con nosotros. Hay evidencia científica de que si estamos angustiados o nerviosos, transmitimos inconscientemente a quienes nos rodean este estado. Es extremadamente importante que utilicemos técnicas que nos permitan estar disponibles, calmados y atentos. Les dejamos algunas alternativas en recursos útiles por ahora.

A la vez el ambiente tiene que ser estimulante, esto no significa que tenga muchas actividades y elementos (muchas veces es al revés...más es menos), sino que fomente el explorar, descubrir y moverse.

La experiencia es lo que determina el aprendizaje. Lo que aprendemos tiene que ver con la vivencia individual en relación a un hecho o circunstancia.

Esto quiere decir que lo aprendido por otro no es necesariamente es lo que se quiso enseñar / decir / mostrar, sino que lo que ese otro percibió o experimentó en relación a la situación completa.

  • Pensemos en nuestra fruta favorita. Lo más habitual es que no sólo aparezca la imagen, sino que también se recuerde su textura, olor, sabor y a lo mejor algún recuerdo de algún momento o persona con quien la compartimos

  • Si me cuestan mucho las matemáticas y me siento incapaz, quiero abandonar…todas esas sensaciones conforman la experiencia y, por tanto, el aprendizaje. Se memorizan en conjunto y puede que el cuerpo las recuerde unidas, aunque la dificultad real no exista.

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